El sexo anal. Probablemente no sea un tema profundamente explorado en la charla estándar padres/hijos sobre los pájaros y las abejas.
Pero al igual que el resto de tus partes sexys, tu ano ofrece todo un mundo maravilloso para explorar, y la mecánica es sólo el principio. El sexo anal pasivo (bottoming) puede ser una de las cosas más intensas, íntimas, vulnerables y alucinantes que puedes hacer con otro hombre. O puede ser mediocre, incómodo, embarazoso y muy poco satisfactorio.
La diferencia puede ser tan simple como tener la información pertinente y, como siempre, te cubrimos las espaldas (y el culo). Sigue leyendo para saber cómo mantener un culo sano y feliz, y cómo utilizarlo para tener el mejor sexo de tu vida.
1. Descubre la anatomía básica
Como puedes ver en este sencillo diagrama, en esta zona intervienen varios músculos y esfínteres especiales. Se encuentra justo detrás de la próstata y del resto de la anatomía sexual, y por eso te sientes tan bien cuando tu amigo está dentro de ti. Además, está revestida internamente de mucosa (una membrana húmeda y protectora) y es un lugar con muchos vasos sanguíneos y nervios, incluidos los que te provocan los orgasmos (¡bravo!).
Dato curioso: la única parte que puedes controlar conscientemente es el esfínter anal externo.
2. ¿Qué tiene que ver “el lubricante” con eso?
Es un tejido bastante delicado ahí abajo, pero con una preparación adecuada puedes seguir siendo un anfitrión complaciente para huéspedes tenaces. En la mayoría de los casos, el lubricante adecuado hará que el que te follen sea MUCHO más cómodo y ayudará a reducir el riesgo de desgarro. También puede abrir un montón de opciones (por ejemplo, juguetes, PT (Perfecto para tíos), juguetes y PT).
“El sexo anal pasivo (bottoming) puede ser una de las cosas más intensas, íntimas, vulnerables y alucinantes que puedes hacer con otro chico”.
Encuentra un lubricante que funcione para ti y usa todo lo que quieras; que se jodan los de Brokeback Mountain. Cuando utilices condones, el lubricante de silicona o de base acuosa hará que entre todo con más suavidad, pero ten en cuenta que el lubricante de base acuosa se secará o se absorberá con el tiempo. Prepárate para rellenar “el tanque” o tu sesión caliente empezará a arrastrarse literalmente.
Y conviene no olvidar que el uso de la saliva puede que no sea siempre la mejor opción. Un estudio realizado en 2016 en Melbourne descubrió que utilizar la saliva como lubricante puede aumentar el riesgo de contagio de gonorrea por una infección de garganta.
3. Cuestiones de dieta
Estamos hablando del sexo, pero obviamente esta parte de nuestra anatomía también forma parte de nuestro sistema digestivo. El funcionario de Promoción de Salud Comunitaria de ACON, Harrison Sarasola, constata que lo que comes es un elemento fundamental para el cuidado de tu trasero, dentro y fuera del dormitorio.
“La dieta es fundamental para la salud y el bienestar general, incluida la salud anal y rectal”, afirma Harrison. “Tener una dieta equilibrada con una buena cantidad de fibra equivale a hacer menos esfuerzo en el baño y a evacuar con más regularidad. Esto puede ayudar a reducir las posibilidades de sufrir problemas como hemorroides y fisuras anales (desgarros en el revestimiento del ano)”. Cualquier tipo de desgarro anal o rectal puede aumentar la probabilidad de contagio de una ITS, por lo que mantener el sistema digestivo en equilibrio puede ayudar a reducir el riesgo.
Existen algunos suplementos que puedes tomar para aumentar tu consumo de fibra, si tienes dificultades en obtener suficiente fibra con tu dieta habitual. Los suplementos de fibra estándar que puedes conseguir en el supermercado son suficientes; no es necesario comprar productos caros. Sólo tienes que asegurarte de tomarlos con un mínimo de dos horas de diferencia con respecto a cualquier medicamento recetado, como la PrEP o el tratamiento del VIH.
4. ¿Qué pasa con las duchas anales?
Las duchas anales son probablemente la manera más fácil y común de minimizar el ensuciamiento durante y después del sexo, si eso es lo que quieres. Hay varias formas de ducharse, según lo que te resulte más fácil y cómodo, el tiempo que tengas y la intensidad de la sesión que estés planeando.
Algunos hombres prefieren utilizar esos kits de duchas anales “paquetes integrados” de la farmacia. También hay un montón de duchas anales tipo jeringa, accesorios para la ducha (ten mucho cuidado de controlar la temperatura y la presión ANTES de metértelos) y el compañero constante del hombre soltero: el irrigador de enema o jeringa de bombilla.
“Es un tejido bastante delicado ahí abajo, pero con la preparación adecuada puedes seguir siendo un anfitrión complaciente para los huéspedes tenaces”.
La solución salina es estupenda (ésta también está disponible en la farmacia), o puedes utilizar agua del grifo como respaldo. Cuida bien tu ano. Lubrica la boquilla e introdúcela lentamente. Procura que la presión sea baja y constante y que la temperatura sea tibia (ligeramente más fría que la de tu piel). Si utilizas una jeringa de bombilla (una pera), aprieta suavemente: ¡no hace falta que llegue la solución a las amígdalas! Expulsa el agua y repite la operación si es necesario.
Ahora espera un poco. Es posible que el agua no vuelva a salir de inmediato, así que intenta disponer de una media hora de tiempo privado, cerca de un baño. No querrás descargar el lastre mientras subes las escaleras de la casa de tu amigo, a plena luz del día, con un suspensorio y unos chinos de color beige. Basado en hechos reales.
Y una pequeña advertencia para los que se lavan el culo con frecuencia: las duchas anales diarias pueden resecar e irritar la mucosa del interior del culo. Si notas molestias, dolor o cambios en tus defecaciones naturales, puede ser el momento de darte un descanso o de visitar a tu médico.
5. Alerta roja
Existe el riesgo de que se produzcan pequeños desgarros (no visibles a simple vista) con cualquier actividad sexual con penetración. Pero si ves una cantidad considerable de sangre, quizá sea el momento de cambiar de técnica. “Podría significar que tienes una fisura anal (pequeño desgarro)”, explica Harrison. “Pero siempre es buena idea ir a un médico para confirmar que la sangre no está causada por algo grave”.
Cualquier hemorragia durante la actividad sexual implica un mayor riesgo de contraer ITS; infórmate más sobre ellas en nuestro Centro de Información. Si notas que hay sangre mientras tienes relaciones sexuales, o en el papel higiénico después de las duchas anales o de una evacuación intestinal, date un tiempo para curarte antes de volver a jugar. Esta es una buena idea especialmente si te gustan los juegos más fuertes, el sexo duro, los juguetes y/o el fisting.
6. Identifica lo que te gusta y lo que no, y díselo a tu(s) compañero(s)
Como dice el refrán, el conocimiento es poder y la confianza es sexy. No hay nada mejor que alguien que sabe lo que hace y que se toma el tiempo de acompañarte en el viaje. Tanto si te gusta calentar con un beso negro como si pasas directamente del apretón de manos a que te metan el brazo por el culo hasta el codo, averigua qué es lo que funciona para tu culo y házselo saber a tu(s) pareja(s).
“Una parte muy importante del cuidado de tu culo es la gestión del riesgo de ITS y VIH”.
Puede ser muy divertido probar algunos juguetes/chicos diferentes e identificar tus ángulos y posiciones favoritos. ¿Te sientes más cómodo con algunos que con otros? ¿Prefieres llevar la batuta, al menos hasta que te sientas cómodo? ¿El mantener el contacto visual es una forma sexy de hacerle saber que estás disfrutando de verdad o te preocupa que tu cara te delate demasiado? Todo esto es una buena forma de iniciar una conversación y de asegurarte de que él está cuidando de tu trasero tan bien como tú.
7. Protégete a ti mismo y a tu(s) pareja(s)
Una parte importante del cuidado de tu trasero es la gestión del riesgo de ITS y VIH. Los condones, la PrEP y una carga viral indetectable como estrategia de prevención del VIH son formas excelentes de protegerse contra el VIH. El uso de condones también te ayudará a protegerte contra toda una serie de ITS como la sífilis, la gonorrea y la clamidia. Y, como siempre, hacerse las pruebas con regularidad y recibir tratamiento si es necesario te ayudará a mantenerte (y a tu culo) feliz, sano y listo para la batalla.